Hoy silencie mi serie favorita, incluso decidí no oír ninguna canción, por más que la tentativa me desasiera. Solo quería oírme a mi misma gritar y sentir que podíamos gritar juntos. Oír nuestro guión, en silencio. Donde nadie más pudiera oírlo y sentirnos exclusivos, dueños de nuestra obra de teatro. Al fin y al cabo, somos un ensayo interminable de una obra que jamás se va a estrenar fuera de nuestras almas. Hoy fue un día extraño, y normal. Bien acompañado de tu presencia dentro mio como de costumbre. Pero hoy, hoy tenía ganas de poder arrancarte del papel, dos segundos, tres, o incluso una eternidad completa.
Eres clásico, y un poco trastornado. Feliz. Se volvió todo un misterio mi necesidad de que una vez entre tantas me transmitas a pesar de tu egoísmo inmutable un poco de felicidad. Después de un par de esperas, de palabras sin un mayor contenido que una sonrisa, un poco de furia disfrazada de ambas partes, es como si la música hubiera mediado una tregua. Lidiamos con una lucha entre un amor anormal y profano, y cabe aclarar que es la única lucha real que existe. Pero estoy segura de querer luchar contigo. Me preocupa que mi sistema nervioso esté mal equipado para contener tan inmenso sentimiento, pero a veces intento no pensar demasiado. Como también hablar de lo que amo, y guardar silencio sobre lo que no. Pero no es el momento para poner barreras, no cuando escribo sobre de ti, no cuando escribo. Momentáneamente puede que odie mi corazón empalagoso, pero odiarlo sería una contradicción, porque si se volvió empalagoso, tu eres parcialmente culpable de que así haya sido. Y si, eres todo un tema, como te lo hago saber con frecuencia. Eres letra, eres poesía, eres música. Eres un buen lector. A veces a pesar de cada una de las circunstancias en las que me suelo ubicar, creo que haber cruzados tantos océanos de tiempo no fue tan malo. Lo que me esperaba al otro lado era aún más extenso y más increíble que el tiempo mismo. Un lindo ser en todo su conjunto, con sus idas y venidas, con mi idas y venidas. Un lindo ser, que con gusto lo volví literatura pura y profunda. Real. Un lindo ser con el que no quiero planear nada en absoluto, a decir verdad. Quiero que planeamos no hacer planes. Porque la única regla de la improvisación, es que nunca puedes decir no.
No hay comentarios:
Publicar un comentario