jueves, 4 de julio de 2013

Cerca

"El otro día" Expresión que abarca de minutos a años. El otro día desperté con ganas de sacar a flote mi mente, pensar o hacer burbujas con el corazón ahogándose, no recuerdo la diferencia. Pensé en no pensar. Aquel que piensa mucho antes de dar un paso, se pasará su vida completa en un solo pié. Pensé en quererte y en quererme, en que me quieras propiamente dicho. Sin recortes. Pensé en porque destruimos siempre aquello que más amamos, en campo abierto, o con un abrazo. O incluso con la ligereza del cariño, otros con la dureza la palabra yo me incluyo en dicha categoría, los cobardes destruyen con un beso, los valientes destruyen con la espalda. En zonas donde no obtengo tú cariño a simple necesidad de existir, añoro el estrecho vínculo, cercano y corto. En busca de saciar lo insaciable, me he quedado fascinada incluso por el poder que ejerces sobre mi estabilidad emocional, sobre la cantidad de intentos que acabaron su ciclo vital en la basura sin problema aparente, y tu facilidad para persistir inherente y vivo en mi o sobre mi. En palabras mas claras, y menos rebuscadas; si no te tengo cerca, te extraño. En efecto, ruego por la existencia de tu persona física y psíquica a menos de un metro de la mía. Por la coexistencia de nuestras manos y por que aún la tuya encaje perfectamente acorde y al unísono con la mía. Por tú mente, fuente de amor y valor incluso, fuente de estímulo para el creciente amor que se desarrolla por parte de mi inexplicable ingenio. Por causar los mismos daños estables pero mantener cerca. Por formar parte de un solo círculo, de una sola realidad, de una sola frecuencia.


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