lunes, 12 de agosto de 2013

Causales

Con un intento disimulado de pasar desapercibidos para evitar el martirio consiguiente, que adorna las noches antes de dormir. Pongo mis mayores esfuerzos sobre la mesa, mis mejores cartas hoy rondan tus avenidas. Esperando intercambiar miradas que alimenten nuestro insomnio. La tinta se intensifica a medida que a paso lento recorro tus aguas. Pierdo el sentido del espacio cada vez que le otorgo a mi curiosa mente el poder de divagar con toda espontaneidad. Pero aún más curioso es que seas tú quién lleva las riendas de mi imaginación. Labios apretados, desesperados por soltar todo lo que callan, son hoy los que acaban por dibujar mi rostro. La inestabilidad recorre mi torrente sanguíneo y rápidamente se convierte en la responsable de dudas, innecesarias acumuladas en un rincón de mi ingenio.
Miedo, para que rebuscarlo si todos sabemos de su existencia. Miedo, solo es miedo. Esquemas pequeños y concretos son los que acostumbro frecuentar, grandes vacíos demográficos como tu alma son en los que alguna vez espero reinar. Miedo una vez más, miedo a lo desconocido le dicen algunos. Miedo al amor le dicen otros, por mi parte prefiero llamarlo solo miedo, insensato e inútil, que empeña sus mejores armas en desvanecer las certezas que con tanto esfuerzo y dedicación aspiré concretar algún día.
Ambos tenemos miedo, a pesar tus intentos inadmisibles y mi condición para evadir mi propio pensamiento. Ambos tenemos miedo.
Fluimos puros entre la corriente, impulsados por los vientos que nos encuadran una historia de vaivenes. Hoy somos dueños de la espontaneidad que tanto nos produce. Victimas de sensaciones que queremos ignorar, y aún teniendo la certera certeza de que no podemos ignorarlas, lo intentamos. Escondiéndonos en el fondo de un placard de sueños, albergando con nosotros mismos el control de los causales.
Queriendo evitar que cargues con el peso de ser mi complemento, refugio mis palabras en algún atracadero. Hoy, decidí entregar lo poco que aún conservo completo en mi a la fluídes  de tu pensamiento. Hoy puedo decir que mis aguas son tus aguas, y juntos somos un gran océano que aún tiene mucho por descubrir.

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