Podría decirse que he contenido mi apatía por demasiado tiempo. Abusando quizás por una milésima de segundo de un amargo café. Cualquiera en su sano juicio estaría de acuerdo si planteara la idea de un exceso y una severa dependencia de cafeína que me gobierna a su voluntad. A estas alturas conozco los caminos de la sinrazón, del delirio e incluso de la pasión como vía de realización profunda. Y a pesar de que siempre fui consiente de mi singular mediocridad, conozco también la importancia cósmica del amor más allá de la fugacidad de un encuentro. He estado en una lucha constante con mis letras, llevo mucho tiempo pensando en aquello que hablamos sin pensar. Pero no estaría aplicando el concepto de manera acertada si llamara a mi incapacidad de generar inspiración propia "una lucha constante". Lucha constaste es la sobredosis de espontaneidad que me esta invadiendo, que tan poco racional podría sonar que volqué mi mente en un par de puntos suspensivos. No quiero precipitar la llegada de un sustento que suplante la cafeína en mi. Pero, ¿habré tocado fondo? está bien ... no. Solo estoy haciendo uso de mi espíritu femenino exagerado.¿Y si es que de verdad me he dado contra el subsuelo? Si así se siente, y tengo tan dulce compañía, creo que no es tan malo. Al fin y al cabo solo queda volver a subir a la superficie.
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