Nuestra propia conciencia puede liberarnos de nuestros
límites. A veces cuando nos miramos al espejo, y analizamos nuestra vida desde
un punto de vista interno, podemos ver cosas muy horripilantes. Podemos ver que
realmente hemos actuado sin saberlo, no hemos tomado nuestras propias
decisiones, todo simplemente ah pasado de alguna forma. Somos máquinas y
nuestro único propósito es sobrevivir, pasar la vida, pero a veces nos parece
que no somos nosotros, quienes pasamos la vida, sino que somos simples espectadores
de un universo donde todo ya esta decidido y donde no podemos concebir la idea,
que al terminar la vida, se termina todo. Somos realmente pequeños en un universo
inmenso. Nos encontramos en un universo, probablemente infinito ¿Qué
importancia tiene un solo humano en seis mil millones de humanos en total, en
una civilización de incontables millones? Nuestra propia respuesta, puede a
veces ser aterradora.
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