jueves, 28 de marzo de 2013

Pecas


Me faltaba una cuota de ti.
Madura, elegante, delicada y directa cuota de ti. Me faltaban tus cosas tan tuyas, me faltaba entender porque me faltaban. Si hay algo que no soy en esta vida; es curiosa. Pero mis alternativas se reducían a serlo. De la mano con mi ingenio comenzamos la búsqueda de la respuesta a mi pregunta. ¿Porque me hacías falta? No te conocía o quizás un poco, pero estaba segura de que no era lo suficiente para que te extrañara. Comúnmente mis hipótesis son verdaderas y cuando no lo son, se torna un poco frustrante.  Y ahí me encontraba… entablando una conversación con una moneda, fragmento que conservaba de algún encuentro furtivo el cual no viene al caso. Comenzaba haciéndole preguntas, y ella solo me mostraba caras, no me hablaba. Estaba muda. En ella habitaban tres pecas de óxido, y la diferenciaban de toda ordinaria moneda de dos pesos. A veces le gustaba hablar, pero ese no era el a veces en el que se encontraba. Miré a mí alrededor buscando un átomo, una partícula de respuesta que pudiera ayudarme, pero parecía que cada vez que giraba mi cabeza se bañaban con un polvo invisible. Que molesto es no concluir conclusiones. Horas más tarde la búsqueda consumió gran parte de mi dignidad, y con la que aún conservaba di bandera blanca. Horas aún más tarde entendí,  algunas cosas mejor no buscarle respuestas.
Minutos después te sentí y comprendí porque me hacías falta. El tiempo más corto puede ser el más largo en cuestiones de amor. Las palabras más simples no tienen que rebuscarse. Segundos después me perdí en la cafeína de tu mirada, fue hipnotismo en su mayor esplendor, fue dulzura, fueron pecas, fue amor.  

sábado, 9 de marzo de 2013

Y sin embargo, queremos


Y cuando te das cuenta que perdiste tu momento, que ya no habrá otro igual a ese, ya no volverás a estar tan decidida de nuevo, la culpa recae sobre tus hombros porque sabes que llegaste tarde y que no tuviste el coraje suficiente para darle un empujón a la coincidencia. Esa sensación de perder el momento perfecto y verlo abordar el tren hacia quien sabe donde. Ese lamento a continuación y la manía de recordar imágenes como si fuera una película que solo ve tu mente, y volver a lamentarse no haber jugado las cartas cuando debías, y haber esperado un milagro inexistente y ahora estar ideando métodos nuevos, que sabes que no llevaras a cabo pero sirven de consuelo, al menos cumplen una eficiencia y consuelan dicha mente que escaseaba de valentía. Pero sería una mala decisión en un momento equivocado bajar los brazos, en las historias de amor no siempre hay sólo amor, a veces no hay ni un te quiero, y sin embargo, queremos.

miércoles, 6 de marzo de 2013

Abriendo tu mente


Nuestra propia conciencia puede liberarnos de nuestros límites. A veces cuando nos miramos al espejo, y analizamos nuestra vida desde un punto de vista interno, podemos ver cosas muy horripilantes. Podemos ver que realmente hemos actuado sin saberlo, no hemos tomado nuestras propias decisiones, todo simplemente ah pasado de alguna forma. Somos máquinas y nuestro único propósito es sobrevivir, pasar la vida, pero a veces nos parece que no somos nosotros, quienes pasamos la vida, sino que somos simples espectadores de un universo donde todo ya esta decidido y donde no podemos concebir la idea, que al terminar la vida, se termina todo.  Somos realmente pequeños en un universo inmenso. Nos encontramos en un universo, probablemente infinito ¿Qué importancia tiene un solo humano en seis mil millones de humanos en total, en una civilización de incontables millones? Nuestra propia respuesta, puede a veces ser aterradora.